Mayor facilidad de movimiento de la instalación. Un pívot está prácticamente condenado a regar siempre la misma zona.
Las ventajas del riego por aspersión sobre los pivots son:
-Menos sofisticación de la instalación. Una avería de un pívot requiere normalmente personal especializado para su reparación, pudiendo, el retraso en la localización de la avería provocar daños irreparables a la cosecha.
-Ninguna consideración en el desnivel del terreno, superficie a regar o arbolado u obstáculos en la zona a regar. Cosa totalmente contraria al pívot, que requiere no sobrepasar unos determinados desniveles de terreno, unas superficies mínimas específicas, a partir de las cuales empieza a merecer un estudio, pero nunca antes. Y finalmente no se puede instalar un pívot en aquellas zonas que haya arbolado, postes eléctricos, casetas, etc.
-Mejor uniformidad de riego y caudal instantáneo regulable en función del tipo de suelo y desnivel de los mismos, algo que en el pivot no hay forma de regular.